5 de octubre de 2011

EDUCAR



Educar es lo mismo                                                             




que poner un motor a una barca... 
hay que medir, pensar, equilibrar... 
y poner todo en marcha. 


Pero para eso, 
uno tiene que llevar en el alma 
un poco de marino... 
un poco de pirata... 
un poco de poeta... 
y un kilo y medio de paciencia concentrada. 


Pero es consolador soñar 
mientras uno trabaja, 
que ese barco, ese niño 
irá muy lejos por el agua. 
Soñar que ese navío 
llevará nuestra carga de palabras 
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. 


Soñar que cuando un día 
esté durmiendo nuestra propia barca, 
en barcos nuevos seguirá 
nuestra bandera enarbolada.



Palabras: Gabriel Celaya

No hay comentarios: