14 de septiembre de 2014

50

Otro año. Uno más???. Nunca es uno más, siempre son diferentes.

Éste supone cambio de década y llevo ya un tiempo pensando que ya no voy a vivir tantos años cómo he vivido. Y no. No quiero llegar a los cien, que por muy bien que llegues, son muchos.

Es un buen momento de reflexión. De echar la vista atrás y repasar despacio, con tranquilidad y con la serenidad y la experiencia que da la edad. Si la edad.

Recuerdo una infancia perfecta, sin carencias de ningún tipo, sobre todo afectivas, que son las que valen. Unos padres entregados a sus hijos, para que no les faltara de nada y preocupados porque fueran felices. La adolescencia suave, poco acné, pocos problemas.No fui adolescente difícil. Siempre he sido persona dócil y fácil de llevar y tratar. Eso sí, de pocos amigo, tan pocos que no tenía ninguno....raríta entonces, supongo... jajaja. Claro, eso en Madrid. Los veranos en el pueblo eran diferentes. Allí me transformaba. La pandilla del pueblo, eso es vida, y eso que por aquel entonces, ni piscina ni gaitas; paseo para arriba y paseo para abajo, que casi había surco en la carretera. Este verano lo recordabamos entre risas y coincidíamos en que no echabamos de menos el salir a otros pueblos. La tía Consola, sus "chisss, chisss" a la hora de dormir, mientras mi prima Sole y yo susurrabamos en la cama todas las historias que habíamos vivido juntas ese mismo día en que no nos habíamos separado ni un momento. Sin embargo, si echo de menos no haber disfrutado de mi abuela Engracia más tiempo. Si pudiera, eso sí que lo cambiaría.

Y el tiempo sigue corriendo imparable y la vida se complica, o la complicamos, y conoces personas que crees que son para siempre y se quedarán en tu vida y te hieren, o las dejas que te hieran, y a otras que crees que son pasajeras y se quedan y te restañan las heridas que te duelen y te sangran. En mi caso de las dos clases. De las que hieren profundo, muy, muy profundo...hasta el alma y más dentro y de la otras, de las que a base de tiritas chiquititas de amor, paciencia y más amor y ternura y más paciencia, de las de recogerte una y otra vez; de las de ver que te estampas y advertirte y ya aburridos dejarte que te des el golpe y estar para recoger tus pedacitos, y volver a recomponerte con paciencia, porque eso sí, cabezota lo soy y mucho.

Durante mucho tiempo he dicho que la vida ha sido muy dura conmigo. Sin embargo, llevo una temporada de reflexión, desde que en el horizonte asomaba ya esta fecha, en la que me he dado cuenta que la vida es la vida y he sido yo quien la he ido complicando con elecciones y decisiones poco acertadas o poco afortunadas, precipitadas, poco meditadas. No siempre claro, que también las ha habido buenas.

Pero hoy es hoy, y afortunadamente miro y veo las cosas de otro modo. He decidido quitarme lastre de mi mochila y piedras de mis zapatos. Lo y los que valen, me enriquecen, aportan, adelante y lo y los que no, fuera. En todos los sentidos. Ya está bien de dejarme anular, ningunear y decir a todo amén por no buscar enfrentamientos ni discusiones y así  hacer que los demás sean felices . Yo también quiero serlo y me he dado cuenta que si yo no estoy bien, los que yo más quiero tampoco lo están...y a los demás...pues mira...buena suerte y cada cual que siga su camino. Y ya lo llevo practicando un tiempo, en concreto desde enero de este año, y me va muy bien. He resurgido de mis cenizas(como el Ave Fenix, jajaj) y me estoy reencontrando a mi misma. Y me gusto y mucho. Y disfruto, y mucho. Y sonrío, y mucho. Y tengo ganas de vivir....muchas.

50. Terrible cifra para muchos, una más para mí. Poder festejarla significa que he vivido y eso es una suerte inmensa. Siempre hay que dar gracias por celebrarla un año más, a la vida, a la suerte, al karma...o a Dios, en mi caso. Por lo bueno y lo malo, que en esta vida todo vale y todo sirve. Y nada, a esperar al siguiente, viviendo el día a día, sin ambiciones pero con esperanzas y deseos, disfrutando el instante y luchando para que nadie me lo arrebate, porque me he vuelto egoista y cada instante de mi vida es mío y sólo mío.

 






2014